Un hombre que abusó sexualmente de dos niños que conoció mientras se desempeñaba como conductor de autobús voluntario para una iglesia fue sentenciado a 30 años de prisión, según los fiscales federales.
Jory Leedy, de 51 años, de Franklin, Ohio, se declaró culpable en junio de 2019 el día en que debía comenzar su juicio. Las autoridades dijeron que es un delincuente sexual registrado que les había proporcionado a los padres de las víctimas un nombre falso.
Leedy conoció a los niños, que según los fiscales tenían alrededor de 7 y 8 años en ese momento, mientras se desempeñaba como conductor voluntario para Target Dayton Ministries en Dayton, Ohio. Los niños y su madre viajaban en autobús a la iglesia los domingos, y Leedy pasaba por su casa para jugar con los niños y cenar con la familia.
Leedy pronto dejó de ser voluntaria como conductora de autobús, pero comenzó a ir a la casa de la familia todas las noches. Comenzó a comprar ropa y juegos para los niños y los llevó en varios viajes, tanto locales como fuera del estado.
También hizo los arreglos para que la familia comprara un automóvil, ayudó a inscribir a los niños en una escuela privada y pagó parte del alquiler de la familia por una casa que era propiedad de un amigo suyo.
Your tax-deductible gift helps our journalists report the truth and hold Christian leaders and organizations accountable. Give a gift of $30 or more to The Roys Report this month, and you will receive a copy of “Even If He Doesn’t: What We Believe about God When Life Doesn’t Make Sense” by Kristen LaValley. To donate, haga clic aquí.
La verdadera identidad y el estado de delincuente sexual de Leedy se descubrieron después de un altercado con el padre de los niños en el que se llamó a la policía. Abuso sexual en entornos eclesiásticos ha sido una preocupación constante para muchos líderes de la iglesia en todo el país.
4 Respuestas
Aquí es cuando las campanas de alarma del discernimiento deberían haber saltado:
– Empezó a comprarles ropa y juegos a los niños y los llevó en varios viajes, tanto locales como fuera del estado.
No puedo imaginarme a un padre permitiendo los viajes fuera del estado con este hombre, incluso si no se hubiera sospechado nada. A mí me parecen signos clásicos de acicalamiento. Me pregunto si el altercado ocurrió cuando el padre decidió poner fin a lo que estaba pasando.
Tal vez deberíamos entrenar a los niños Y a los padres para que reconozcan los signos de acicalamiento por parte de los depredadores. Además, la verificación de antecedentes (si la hubo) no funcionó, o el nombre falso lo habría expuesto.
Estuvo de acuerdo en que los padres deben sospechar de los hombres adultos que quieren entablar amistad con sus hijos/adolescentes y llevárselos en viajes nocturnos.
¿Cuándo vamos a empezar como sociedad a ejecutar a los pedófilos condenados?
¡Colgar es demasiado bueno para ellos! Uno pensaría que alguien que daña a un niño de esa manera querría morir a manos en nombre de la justicia.
Tan pronto como empecemos a ejecutar a los adúlteros. El hedor del pecado de un adúltero es repugnante y digno de muerte.